domingo, 2 de marzo de 2014

Porque yo sé que te haces la loca.



Revisamos tus abanicos una y otra vez, me regalas alguno para compararlo con los que te quedan, negociamos y siempre llegamos a algún acuerdo.

Mientras tú quieres irte a la vez que te quieres quedar, simulas que no recuerdas, haces como si no te reconocieras en el espejo. En casa todos bailamos a tu son, pero tú a mi no me engañas, sabes lo que te haces, por eso no me cansaré de decirte lo guapa que estás, y te guiñaré un ojo para que sepas que sé que te haces la loca, la despistada, pero que cuando no miramos nos miras orgullosa sabiendo que tienes a las mejores hijas del mundo, y que tus nietos hacemos lo que podemos. Yo sé que ese es tu juego, que te cansaste de ser mayor y decidiste ser niña de nuevo, para darnos una lección a todos sobre lo simple que puede ser.

Por eso, entre frase y frase te escondo un “te quiero” y descubro de nuevo esos pendientes tan bonitos que llevas por primera vez. Últimamente estás más feliz y más guapa que nunca, aunque la foto no te consiga hacer justicia.

Prometo no decírselo a nadie, este secreto se queda entre tú y yo.


El hijo de la novia