martes, 19 de octubre de 2010

Propósito de cuarto de siglo nuevo

Viviré allá donde yo desee, o en varios lugares a la vez. El dinero no será motivo de preocupación, puesto que seremos tantos los dedicados a hacer un mundo mejor que necesitaremos decir que no muchas veces a las invitaciones gratuitas y al mismo tiempo recibiremos muchos “no” cuando nosotros nos ofrezcamos. La palabra “orgullo” sólo la usaré cuando hable del que me llenan mis hijos, mis alumnos, mis amigos o mi familia.
Seré yo en todo momento, sin necesitar simular cortesía delante de quien no lo deseo o frialdad frente al que la exige.
Tendré todo lo que quiero, esa risa a carcajadas a todas horas, esos labios fruncidos.
Me haré viejo con mucho estilo, haré deporte, jugaré como un niño a todas horas y disfrutaré de todo lo demás de igual manera. Me subiré a un escenario siempre que quiera, animaré a otros muchos a hacerlo.
Podré decir sin miedo: “tengo miedo” y lloraré y reiré al mismo tiempo sin que por ello me llamen loco.
Pondré la cara de nuevo para que me la partan, o las costillas, o la cabeza, o el brazo, porque merece la pena, tengo algo que proteger.
Saldré al campo a menudo, a correr, a lanzar palos, a meterme en los arbustos para espiar a las desprevenidas ardillas y a las perdices.
Escribiré lo que me apetezca, o no lo haré, si no me apetece.
No daré explicaciones, el que las quiera, que me las pida.
Cuidaré de los míos, y de los otros un poco también.
Y aprenderé muchas más palabras bonitas para decírtelas además de “guapa” y las usaré para empapelar toda una habitación de color rojo.

Así, de alguna manera, podré hacer todo lo que tengo que decir, hacer contigo todo lo que quiero decirte.

viernes, 15 de octubre de 2010

vuelva otro día

Durante las horas que se pasa uno esperando en una cola de secretaría da tiempo a pensar en muchas cosas, hoy he descubierto que mi mochila nueva tiene más de dieciséis bolsillos, que aún no se como abrir tres de ellos y que los guiris que mas sufren la peculiar organización de las universidades españolas son los alemanes. También he tenido tiempo de imaginar el color de ojos de seis personas que llevaban gafas de sol, verme desde fuera esperando y me he visto algo desgarbado, peludo y a mi pesar, muy poco especial con respecto al resto de los que esperamos en la misma cola. Además me ha dado tiempo a formular un teorema matemático que solucionaría el problema de la no existencia de Dios, lamentablemente la cola ha avanzado y lo he olvidado por completo.

Al fin en ventanilla me ha atendido la encantadora Belen Estevan, con sus aires de absoluta indiferencia hacia el género humano, sus uñas perfectamente pintadas y sus exactos 400 gramos de silicona por duplicado.

-¿Para entregar la beca de master?

Y te mira como si fueras vestido de tirolés...

-¿Es para modificación de matrícula?

- No, es para entregar la beca de master de la segunda adjudicación.

- Entonces es para modificación de matrícula.

- Le digo que la matrícula aún no está hecha.

-Eso es en horario de mañana.

-¿Para la entrega de becas de máster es sólo por la mañana?

- Sí, solo de nueve a dos.

- ¿Y se puede saber a qué se dedican de cuatro a seis?

Sin demostrar un ápice de empatía y como si hablara con un niño de seis años que le ha hecho doce veces la misma pregunta, la encantadora Belén Estevan empezó una retaíla de justificaciones de por qué la administración de su facultad tenía el sagrado deber de abrir mañana y tarde pero sólo trabajar durante la primera, seguido de otras tantas excusas totalmente justificables de cómo sus funciones en la secretaría no implicaban estar informada del master, ni asesorar a los estudiantes... etc... etc...

Conforme hablaba, algo extraño le sucedía a su rostro, poco a poco, los labios y los pómulos se extendían para adquirir un tamaño desproporcionado semejantes a neumáticos de camión, igualmente ocurría con su camisa, que cada vez estaba más apretada debido a las dos protuberancias que se hinchaban bajo ella.

Ella seguía hablando y parecía no darse cuenta, sin embargo la situación empezó a ser preocupante cuando un botón saltó y salió disparado rozándome el cuero cabelludo. La expansión siguió de manera monstruosa hasta que una teta ocupó toda la ventanilla y amenazó con inundar toda la sala mientras la funcionaria hablaba. Todo siguió aparentemente hacia el desastre cuando la chica que estaba segunda en la cola, tan perpleja como yo, alargó la mano y la punta de su lapicero tocó la superficie crítica en expansión, que con un estallido desapareció de la vista dejando sólo un olor rancio a maquillaje. Al menos la funcionaria se había callado.

- Gracias.
Comenté en voz alta a la oportuna compañera.

- De nada.
Dijo Belén Estevan, de nuevo allí, con su apariencia habitual y sin hinchazón aparente.

- Volveré otro día.

Y recogiendo mis papeles, me alejé por el pasillo con una leve sonrisa maliciosa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

no querría mirarte un día a los ojos y verlos sin chispa, sin amor... sin vida.

Me rompería el corazón.

martes, 5 de octubre de 2010

Donde viven los monstruos

-Seguro que tiene poderes.
Dijo Carol.
-Si es un Rey tiene que tener poderes.
Asintió Douglas.
-Claro que tengo poderes.
La mente de Max trabajaba a toda velocidad.
-Y como soy pequeño, mis poderes se cuelan por todas las rendijas.
-¿en serio?
Judith parecía incrédula.
-Habrá rendijas tan pequeñas que no puedas entrar por ellas.
-Para esas tengo mi abrerrendijas.
-Venga ya.
-Caya, Judith, ¿no ves que tiene un abrerrendijas?
- ¿Y cuando no se pueden abrir?
- Para esas tengo mi súper abrerrendijas.
Todos los monstruos asintieron impresionados.
-¿y qué pasa con la tristeza?
Preguntó el Monstruo
- Tengo un escudo anti-tristeza que nos puede proteger a todos.
-¿A todos nosotros?
-Sí, a todos, y la tristeza no nos alcanzará.