miércoles, 30 de mayo de 2012

El zorro

El zorro se calló y miró largamente al principito:
- Por favor... domestícame ! – dijo.
- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame !
- Qué hay que hacer ? – dijo el principito.
- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente el principito regresó.
- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.
- Qué es un rito ? – dijo el principito.
- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso ! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:
- Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.
- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.
- Claro – dijo el zorro.
- Pero vas a llorar ! – dijo el principito.
- Claro – dijo el zorro.
- Entonces no ganas nada !
- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Antoine de Saint Exúpery

lunes, 21 de mayo de 2012

La Crisis (para niños de cuatro años)

¿Qué es la crisis?

La crisis es el momento en que vuestros padres se convierten en super héroes, cuando Papá multiplica las horas del día para trabajar más, cuando a Mamá ya no le duele la espalda y se levanta una y otra vez. Es el momento en que, aunque estén cansados, siguen buscando en los periódicos o en el ordenador alguna otra oportunidad para ganar algo de dinero. Es cuando más difícil es quererse, pero cuando más fuerte lo hacen, porque son súper héroes, y no hay tarea que se les resista.

Tienen el poder de estar de dos o tres sitios a la vez, de arreglarlo todo, de dormir poco y de trabajar muy duro.

Son capaces de aprender a hacer mil cosas nuevas, no les sirve con lo que ya sabían hacer, y eso que ya sabían muchas cosas.

En la crisis es cuando tienen súper piernas para andar por toda la ciudad, desde por la mañana temprano, echando currículums todo el día.

Pueden hacer miles de cuentas en un momento, planeando la semana o el mes, contando la compra, el salario, el subsidio. Porque tienen súper inteligencia.

Todos tenemos un súper héroe dentro, pero normalmente está escondido, y es en las crisis cuando salen los súper poderes y nos hacemos más fuertes que Superman, más listos que Spiderman y más rápidos que Flash.

Pero todos los super héroes tienen un punto débil, y es la tristeza, si les alcanza la tristeza pierden sus súper poderes y ya no sabrán contar, ni correr, ni estar en muchos sitios a la vez, si la tristeza llega entonces ha ganado la crisis.

Por eso tenéis que ayudarles, ser sus mejores compañeros, ser Robin como el de Batman, y cuando lleguen a casa, aunque parezcan derrotados, tendréis que abrazarles fuerte, así les daréis energía, y tenéis que decirles que les queréis, que son vuestros héroes, que pueden con todo porque tienen súper poderes.

Así los mantendrán e incluso se harán aún más fuertes, porque podrán hacerlo todo, cualquier cosa, porque la tristeza nunca les alcanzará, porque tienen los mejores ayudantes.

¿Que qué es la crisis?

La crisis es cuando nacen los héroes de verdad.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Todo está bien

Soy un tipo raro, a veces me desvanezco en el aire, a veces la cabeza me va a estallar de tanto darle vueltas, otras veces simplemente nada importa más que moverse al son de la música hasta el amanecer, siempre hay sitio para unas risas, también para alguna que otra lagrimilla, aunque en general haya muy poco para ponerse en serio a estudiar.

no quiero dar a malos entendidos, todo está bien, es simplemente que necesito tiempo y distancia, sólo eso, no estoy hecho para sacar a nadie de mi vida, no se me da bien olvidar, ni guardar rencor, aunque a veces parezca que me muevo en la dirección contraria, nunca es el caso. No hay nada que reprochar, bueno, quizás a mí mismo me reproche un par de cosas ya que a veces me equivoco, eso sí, más a menudo de lo que querría, pero no hay reproches para nadie más, yo soy el responsable de mis actos.

Guardo muchas cosas dentro, (casi) todas bonitas, pero a veces no sé como sacarlas sin que parezcan feas y retorcidas. Tendré que aprender algún día a hacerlo, pero por ahora no quiero que se me rompan, no quiero malgastarlas.

Así que si alguna vez te he reprochado algo, o si has llegado a pensar que te guardo rencor, o si no me he hecho entender, lo siento mucho y quiero que sepas que, cuando peor lo he hecho ha sido cuando más miedo he tenido, y ese miedo viene del hecho de que me importas.

Y para terminar con una buena noticia, mi abuela no tiene Alzheimer, es una demencia senil atípica ¿qué tiene eso de bueno? pues que el Alzheimer es degenerativo, la demencia no tiene por qué, así que me queda esa esperanza de que ella pueda mantener un poquito más su calidad de vida de aquí a muchos años.

sábado, 5 de mayo de 2012

Arrugas


Es sólo un cómic, sólo eso, un trozo de papel y cartón con ilustraciones a color y con textos encerrados en bocadillos, pero relata de una manera tan específica lo que es, lo que significa, que cualquiera que conoce esa realidad no puede mas que sentirlo en sus propias carnes una vez más.

Así, de este modo, uno ha llorado desconsoladamente desde la primera hasta la última página, como si fuera un niño pequeño, como si le fuera la vida en aquello, contemplando cómo se desdibuja ante los ojos de la que lo cuidó cuando fue de verdad pequeño, que le dio de comer y le cantó canciones de verbena.

El otro día fue ella la que lloró, asustada, confusa, sólo porque no reconocía el camino desde la cocina hasta el salón, mientras lo único que podíamos hacer era cogerla de la mano y asegurarle que todo estaba bien, que estábamos allí para cuidarla, que ella era buena, que no había hecho nada malo, que está muy guapa hoy. Porque es verdad, lo está, está tan guapa como cuando se acordaba de todas esas canciones, tiene una diadema con una flor que le encanta y un pañuelo de París que nunca se cansará de doblar.

Y tiene unos ojos preciosos, una sonrisa franca e inocente que cuando falta, hasta al mas fuerte se le hace un nudo en el estómago.

Tenemos que ser fuertes, fuertes por ella, fuertes por nosotros, cuidarla y cuidarnos, saber que necesita que le sonrían aunque se te humedezcan los ojos, aunque se te tuerza el gesto y te cueste horrores mantener la cara erguida, necesita que la cojan de la mano, que la besen, que la comprendan.

Y luego, a solas, con ese maldito trozo de papel que tan terriblemente bien detalla todo por lo que estamos pasando, entonces sí puedes hacerte pequeño y llorar, llorar y limpiarte por dentro para poder prepararte para la nueva batalla.

Porque hoy en día ser optimista debería ser un deber constitucional, sabemos que todo estará bien por mucho tiempo, que seremos felices cada momento, pasito a pasito, sólo por verla reír una vez mas, y luego otra, y que ella nos verá felices a todos igual, pasito a pasito, aunque de vez en cuando haya que limpiarse por dentro.