lunes, 6 de febrero de 2012

Alienígena


Hace tiempo que no te escribo, no es porque no quiera, o porque se me olvide, es porque no 
¿Por qué la estructura de los edificios no se parece a la de las montañas? Tengo la extraña 
encontraba nada que escribirte, solo peticiones absurdas y mensajes de botellas bacías.
sensación de que salimos de una raza de cortadores de vidrio, que no sabe, que no dice y que 
Siempre te veo de refilón en los escaparates, te miro, me miras y ambos nos vamos sin decir 
no piensa. Consentimos en vivir en cuadrados, comer en cuadrados, estudiar en cuadrados y 
palabra, sin resolver la batalla del todo, sin querer realmente, porque ambos sabemos que    
trabajar en cuadrados. De todas las formas y colores, de todos los tamaños, y digo yo      
seguirá ahí, que no hay tres pitidos finales, que la contienda termina con la rendición o la 
¿de dónde salió esa idea tan cuadrada? Los cuadrados son iguales vistos por todos sus lados 
muerte y el mayor problema quizás es que rendirse no es una opción.
ya estén tumbados, de pie o boca abajo, igual que los cubos, que son cuadrados en sociedad 
Quizás el problema ni siquiera sea ese, quizás ya me rendí/ te rendiste hace tiempo, y sólo 
secreta planeando la próxima conquista. No es que sean aburridos, ni asépticos, simplemente 
queda confirmar ese principio de final para corroborar de verdad la victoria y la derrota y sus 
son alienígenas. Somos alienígenas metidos en cuadrados de hormigón que se alzan en         
límites. Quizás sean esos límites  los que no se quieren corroborar a sí mismos, mientras 
contraposición con las rocas y las plantas irregulares. Cuadrados en ciudades, cuadrados en 
esperamos ambos sentados a que así sea. Quizá en la no fijación está el secreto, pero no es 
tablas, gráficas y pupitres, cuadrados en horarios, en ventanas y televisores. Cuadrados en    
eso, es algo más, algo que está ahí adentro, que sale cada vez que me miras desde el frente 
ideas, que se conectan con otros cuadradoideas para agrandar el cubo de la disciplina, el 
cepillándome los dientes, cada vez que te asomas a la ventana del autobús mientras pasamos 
conocimiento o como quieras llamarlo. Sentimientos cuadrados, bien definidos  e                       
por Loja 17, o cuando me golpeas en la cabeza para hacerme pensar.                                      
interpretados, corazones cuadrados, encajados unos con otros según gustos conceptos e ideas. 
Ocurre cuando no ocurre nada más, cuando la turbina funciona a pleno rendimiento sin objeto 
Millones de cuadraditos microscópicos que encuentran su lugar en otros cuadraditos un poco  
y sin demasiado sujeto, dos para ser exactos, tú, y yo, el otro, el doble, o como quieras              
menos microscópicos analizados por un cerebro cúbico, perfecto, sin abolladuras, sin agujeros, 
llamarlo.
sin huecos ni recovecos, con un programa cuadrado para su día cuadrado en el que cuadra  
Aún espero el momento en que te desgajes de mi espalda y nos sentemos tranquilamente con 
perfectamente su vida cúbica llena de metros cúbicos de buenos momentos bien encuadrados 
un café a plantearnos el futuro cada uno por su cuenta. Pero ambos sabemos que eso no        
en ese plan infinito y completo.
ocurrirá, que este mundo tiene reglas demasiado fijas como para que seamos amigos, así que, 
Alienígenas, eso son(y), alienígenas.
en guardia.

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