Ayer fué ese día.
Ayer quise volver, quise activar mi reactor de emergencia y salir disparado durante quince minutos de vuelta. Quería volver a cada puerta, a cada casa, a mi casa.
Quería agarrar por los brazos a toda esa gente una por una, apretarles fuerte, llorar quizás.
Quise sentarme a mi mesa, correr por mi orilla, jugar con mis olas. Sentir mi sol, no cualquiera, el mío.
y sin decir palabra volver a marcharme, tal vez dejando alguna carta o alguna postal por el camino.
Ayer estuve a punto de levantar el vuelo gracias al simple deseo de volver.
Porque ayer lo eché de menos.
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