No todo se basa en lo que ves o cómo lo ves; a veces tienes que carecer de la vista para sentir el mundo alrededor, para oler los colores, percibir las formas y escuchar los matices, La música, el sabor de la ciudad que te abraza y te fascina, el olor de la gente buena, de las buenas intenciones. El canto de las ballenas allá arriba, a cientos de metros de altura, alzándose hacia las nubes mientras los coches fuman en pipa y el pan recién hecho nos inunda la nariz.
Aunque también podemos simplemente cerrar los ojos :)
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