domingo, 23 de mayo de 2010

Un secreto.

El viernes fué un dia mágico, un momento para compartir, para disfrutar, la sensación de que todos llevávamos el mismo paso, las notas a unísono, el movimiento, la voz, las lágrimas, las sonrisas, los sueños...

Sin embargo tengo dos secretos que ese dia compartieron conmigo y yo devolví.

El primero vino de suecia en forma de mensaje, en forma de llamada que duró de pilatos a herodes y que terminó con la mejor hermana que he tenido nunca bailando en la cocina a tantos kilómetros pero al mismo tiempo tan cerca que pude sentir su mano apretando la mía en escena.

El segundo es el auténtico motivo por el cual yo tenía que subir a ese escenario, yo tenía que dar la talla, tenía que sentirlo como si realmente de mi decisión dependiera la vida de ese hombre, como si los latigazos me los dieran a mí...

Tenía que dejarme la voz y el alma si hiciera falta porque significaba mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginar.

Tenía que hacerlo porque alguien había hecho ese mismo papel hace mucho tiempo, alguien que ya no está. Y entre el público se encontraba una persona muy especial que a llorado mucho su pérdida. Una persona especialmente sensible que se merece que la mencione hoy.

"Creo que, cuando tú cantabas, ella ha venido y me ha tocado" esa frase, sólo esa, vale mucho más que cualquier aplauso, que cualquier "me ha encantado" o que cualquier "felicidades".

"gracias por darme la oportunidad de estar aquí hoy" Ni hablar, gracias a ti por recordar, por tus lágrimas y por convencerme de que podemos subir alto, muy alto, y hacerlo juntos, nunca solos.


Esta es mi historia paralela, y ellas, los oídos para los que yo quería realmente cantar esa noche.

Mi más sincero cariño, para vosotras.

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