domingo, 30 de enero de 2011

sinestesia.

La sinestesia, del griego συν, 'junto', y αισθησία, 'sensación', es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de varios sentidos.
Ocurre cuando, fuera de cualquier tipo de metáfora, una persona es capaz de saborear una palabra, escuchar un color o tocar una letra o un sonido. No es un recurso poético, sino que se refiere a una realidad sensible.

Mi sinestesia particular me asalta cuando el Jazz recorre cada poro de mi piel.

No soy músico, nisiquiera soy capaz de coordinar las dos manos a la vez para marcar un ritmo, y no entiendo los entresijos que hacen funcionar esa gran maquinaria que es una big band, pero cuando empieza el concierto el trombón y el bajo te zarandean como un cuerpo que se aprieta contra el tuyo y te mece en un baibén intenso, casi erótico, que te va poniendo a tono. La guitarra eléctrica baila contigo, te lleva y te trae a su antojo sin que nisiquiera te levantes del asiento, el clarinete es más pícaro, te busca los puntos mas sensibles y juguetea con ellos para hacerte retorcer con ese tipo de cosquillas que no quieres que paren durante demasiado tiempo. Pero sin duda el súmun es el saxofón, que se pasea con manos hábiles por todo el torso y la espalda, te recorre con intensidad los hombros y te pone los pelos de punta cuando te alcanza el cuello y ejerce la presión justa con una boca invisible.

Sinceramente, espero que el Jazz sea mujer, porque si no voy a tener que replantearme mi orientación sexual.

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